La Clave de algunos moldes de metal que resistían el peso de la prensa
Gutenberg completó con éxito sus trabajos con la obtención de los moldes de metal que representaban 26 letras del alfabeto -por eso habla de un «ejército de 26 soldados de plomo»- y la máquina necesaria para fijarlos sobre el papel. La cuestión de los moldes fue esencial para el éxito de su invento: la solidez de éstos conjuraba definitivamente el peligro de su ruptura cuando la prensa descendía sobre ellos para ser impresos sobre el papel.
De esta manera, el fastidioso problema de la fragilidad de los antiguos moldes de madera, que no resistían el peso de la prensa, quedó resuelto.
Letras y aleaciones
Los conocimientos de Gutenberg como trabajador de metales fueron esenciales a la hora de construir los moldes que representaban las letras del abecedario. Para obtener esos moldes había que grabar primero la forma de la letra con un punzón, con el que se hacía una incisión en un bloque de cobre. Luego, en esta inci¬sión se vertía una aleación de plomo, antimonio y estaño. De esta manera, se obtenían los moldes metálicos.
Moldes y cajistas
Una vez que la aleación se solidificaba, los caracteres de las letras y signos, ya en frío, pasaban a manos del cajista. Este disponía las letras en palabras, frases y líneas, y los agrupaba en páginas para constituir una forma —varias páginas armadas con el texto y los espacios en blanco—. Los cajistas solían ser personas de cultura elevada, que dominaban perfectamente la gramática, el léxico y la ortografía.